PERTINAZ ARCÁNGEL PSICOANÁLISIS EPIFANÍA INFANCIA

“Eres pertinaz como la sequía, ¡hijo!” Juanillo se había empeñado en ir a comer a un restaurante junto al nuevo “Arcángel”, donde aseguraba que estaban las puertas del más allá. Ni todo el psicoanálisis del mundo le había valido para sacar aquellos dáimones de su interior desde que tuvo aquella Epifanía siendo niño. En ella pudo ver a su “Filemón” particular dándole señales de que al acabar su infancia se convertiría en el nuevo mesías y debía de encontrar las susodichas puertas para guiar al resto de la humanidad al otro lado. ¡Válgame el Señor!, el Señor Jung me refiero.

(Relato para "Cinco Palabras" VOL.VII SEGUNDO AÑO)

Besos y abrazos a todos.

Pequi.

PICHILÍN ALMAZARA CARRUAJE CIRUJANO ADAMAR

No lo llames pichilín, que es alpechín, siempre ha sido así como lo han llamado en la almazara, no sé porque ahora te da por llamarlo de otra manera. El aceitunero rencilló a su padre mientras lo subía al carruaje para celebrar el día de la Virgen, pero ya tenía poco arreglo, el cirujano le dijo que tras la última operación habría cosas que no recordaría bien y que seguramente llamaría a las cosas con otro nombre. El caso es que la libido se la dejó íntegra. No dejó de adamar a toda moza que se arrimó a la carreta.

(Relato para "Cinco Palabras" VOL.VII SEGUNDO AÑO)

Abrazos.

Pequi.

CORALINO DISFRUTANDO JERGÓN MIMETIZARSE REUNIÓN

Tías que se llamaran Coral había conocido alguna, pero tíos que se llamasen Coralino era el primero, desde luego. Estábamos disfrutando de nuestra cerveza en “El Jergón” cuando apareció y se presentó, simplemente. A todos nos pareció raro el nombre, mas no el tipo, por eso le dejamos que se uniese al grupo, se pidió una cerveza y pareció mimetizarse de tal manera a las paredes del bar donde teníamos nuestra reunión que no nos dimos ni cuenta de que después de meterse seis cervezas al cuerpo, se fue sin pagar. ¡Y sin despedirse, que es lo peor! ¡Ay Coralino!

(Relato para "Cinco Palabras" VOL.VII SEGUNDO AÑO)

Besos.

Pequi.

CHAPA PEREJIL ARENA CUCHARILLA TRIPULACIÓN

Volvía del cine de ver la chupa de chapa por quinta vez cuando me acordé de que mi madre me había dicho que le llevara perejil para hacer unas tortillas francesas esa noche. Mi reloj de arena marcaba las doce menos cuarto de la noche así que descarté el conseguir tan apreciado hierbajo en una tienda, había que buscarlo silvestre, no quedaba otra. Con ayuda de mi cucharilla mágica rastreé todos los descampados del barrio y en uno de ellos por fin di con un matojo. De vuelta a casa me dio un barrunto: ¡Cómo esto sea cicuta, adiós tripulación!

(Relato para "Cinco Palabras" VOL.VII SEGUNDO AÑO)

Un besico a todos.

Pequi.